Mabel Villamarín, F.U.
Periódico La Voz de Galicia /

No es fácil tomar la iniciativa de abrir un negocio en los tiempos actuales de crisis, sin embargo, siempre aparece gente lanzada como Abraham Caride que no duda en hacer su sueño realidad. Impulsado por su pasión por el arte, este ourensano emprendió rumbo a lo desconocido y abrió Basquiart, en la calle Colón. Una gallery shop en la que no solamente se venden cuadros, sino que también se hacen regalos personalizados, desde camisetas hasta algo tan curioso como matrioskas.

«Es una idea que tenía desde hace tiempo. Ya cuando acabe de estudiar Diseño Gráfico e Ilustración en mi cabeza rondaba la idea de crear algo pero no quería una simple galería». Lo que pretendía este joven era un proyecto más abierto en el cual el arte en sí mismo se pudiese vender, exponer y hablar de él de una forma diferente. Pensó que esta sería una buena idea ya que «en la ciudad no existía ninguna empresa con esas características y eso te hace crear una identidad propia».

Cuenta que comenzar no fue complicado. Según explica, «lo importante era ahorrar dinero y tener las ideas claras, por lo demás todo se llevo a cabo sin problemas». Considera, además, que su tienda es una nueva manera de mover a los artistas de su generación. «En la ciudad hay el problema de que se cierran las puertas a los nuevos artistas. Parece que solo tienen salida aquellos que ya están consagrados», añade.

Una iniciativa que en otras ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla está teniendo éxito. «Puedes encontrar muchas gallery shops sin ningún tipo de problema -comenta Abraham- es un concepto que se encuentra bastante extendido, la gente lo entiende y no hay que explicarlo». Refiriéndose a Ourense afirma que: «Aquí entra mucha gente al local y hay que aclararle con lo que se encuentran; preguntan si es una librería, una tienda de camisetas…».

Para que todo el mundo lo entienda y nadie se quede con la duda, en Basquiart se venden productos de diferentes artistas como son Cestola na Cachola, Andrea Gurumis, Mágicos Gagarin y también del propio Abraham, entre otros. Estos artistas son freelance; no están adheridos a ninguna empresa y ofrecen productos muy variados, desde retratos murales, ropa o cuadros hasta los pequeños muñecos conocidos como Amigurumis. Además, tiene pensado crear un espacio que sirva para hacer exposiciones, talleres o cursos. «También es una forma de tener un lugar para trabajar en mis creaciones y, a la vez, atender a los clientes», agrega Caride. Anteriormente, sin hablar del tiempo que se dedicó a los retratos murales, vivía en una vida que no era la suya, según cuenta. Realizó diversos trabajos en fábricas pero no le quedaba tiempo para disfrutar de lo que realmente le importaba. Ahora, en su nuevo negocio está ocho horas presenciales «pero 24 mentales; siempre hay que estar pendiente de que todo marche a la perfección», asegura el joven. Aún así, comenta que ser dueño de su propio negocio no le ha cambiado la vida demasiado. «Solamente me tengo que comer un poquito más la cabeza por los papeles y las cifras, pero merece la pena», dice. No tiene que pensarse mucho que es lo que realmente le motiva. «En estos tiempos hacer algo que te gusta es complicado y, yo por suerte, lo he conseguido», comenta.

Cuenta que se instaló en el casco histórico «por ahorrar pero también porque es la más bonita de la ciudad». «Creo que le pega, ya que este tipo de locales artesanales y artísticos están en estas zonas de las ciudades», agrega Caride.

Basquiart es un espacio abierto y con colores vivos que atrae la atención de los curiosos que pasan por la calle Colón.

«Pinto retratos, ya que antes al ser muralista era algo que hacía a diario»

Los sueños acaban por cumplirse, y el de Abraham finalmente es algo real y tangible. Compaginar lo que de verdad le gusta con la rentabilidad económica. El artista también crea láminas personalizadas para sus clientes. «Pinto retratos, ya que antes era muralista y era algo en lo que trabajaba a diario», comenta el joven.

Pero no todo lo que se vende en su tienda es producto acabado. Abraham ofrece a sus clientes materiales para pintar, como rotuladores o libros especializados que no se pueden encontrar en ningún establecimiento de la ciudad. «Son artículos profesionales que hay que obtener a través de Internet, porque no se suelen encontrarse en tiendas físicas».

El futuro es incierto y difícil. Dice Abraham que, de momento, con solo un mes desde la apertura, aún es demasiado pronto para sacar conclusiones acerca de la rentabilidad del negocio y de el éxito que pueda tener entre el público ourensano. «Hasta ahora, la gente entra a curiosear y preguntar, espero que todo salga bien», concluye Abraham.

DNI. Aficiones.

quién es

DNI. Abraham Caride nació en Ourense pero se crio entre Monforte y Maceda. Estudió en la escuela de arte Antón Faílde, obteniendo el título de Técnico Superior en Artes Plásticas y Diseño.

Aficiones. Para este joven, el arte lo engloba todo y sus principales aficiones, sin contar la pintura, son el cine y la música. Actualmente escucha mucho a Pearl Jam, aunque advierte que es por temporadas. Hace unos meses, afirma, estuvo enganchado al flamenco, con artistas tan representativos como Camarón.