Todos los Bowie de Abraham Caride están en Basquiart Art Gallery Shop, en el casco histórico de Ourense.

 

Tareixa Taboada
Periódico La Voz de Galicia /

 

«Soy una estrella instantánea, sólo tiene que añadir agua y revolver». David Bowie.

Basquiart Art Gallery Shop, espacio expositivo y tienda alternativa situada en el casco histórico, con venta de materiales artísticos, libros, ilustraciones y obra gráfica y de autor, presenta Bowie, una selección de retratos del polifacético artista realizadas con distintas técnicas y en distintos soportes por el muralista y director del espacio Abraham Caride.

Los retratos de Caride captan, por su experiencia como retratista, la expresión a través de la estrategia de la línea, la efervescencia en la temperatura del color y la intensidad del trazo impulsivo y temperamental, contemporáneo en la identificación con el grafiti y sus múltiples expresiones y facetas desde Basquiat a A. R. Penck. Una progresión del arte urbano que acerca al pequeño formato la pintura mural como una inversión de la calle como lienzo del Art Grafiti con el mismo carácter rebelde y su marcado matiz anticapitalista y democrático de arte público y popular traspasado a la pintura de caballete, a la obra portátil, al arte de galería.

El muralismo de Caride es el de un artista atemporal, clásico, independientemente de la introducción de técnicas mixtas y aerosoles propios del grafiti. Sus obras abarcan un amplio abanico de variantes técnicas y estéticas además de su intencionalidad contemporánea o mensaje. Mestizaje de texturas y emociones. Sus formas monumentales son de gran intensidad, como Escif, prescinde de las palabras para conseguir con una figuración rotunda el valor expresivo del mensaje y como JB dota a sus obras de una plasticidad inusual al utilizar distintas capas de pintura, remite a Neuzz en el dominio de la línea que proporciona a sus obras definición o corporeidad en los planos de segregación del espacio que construye a través de su conjunto, masas cromáticas con efecto de textura, volumen y facetación cubista.

Vitalismo contemporáneo en las metamorfosis, cromática valiente y un sincretismo estético sin sumisiones apreciables.

Los retratos que Caride realiza de Bowie se expresan bajo el engranaje emocional que subyace de la admiración por el mito icónico y su camaleónica capacidad para reinventarse, su constante innovación y la profundidad intelectual de su obra desde su primer álbum de estudio en el 67 David Bowie a Black Star (2016) publicado dos días antes de su fallecimiento.

El hiperrealismo de sus obras se fusiona con texturas informalistas, manchas, chorreos, tags y dibujos naif de gran interés, libertad e ingenuísimo que representan a Bowie y parecen sacados de un universo onírico e infantil que remite a los personajes atrapados de Quik, letras de canciones y una especie de mapa discográfico en una de las obras como telón biográfico de uno de los creadores más deslumbrantes del siglo XX.

Caride experimenta con los efectos de las técnicas mixtas que controla, las intensidades y tamaño del chorro de pintura aplicado con aerosol variando la presión que ejerce sobre el pulverizador y la proximidad en los degradados, en la reserva de color o en los contornos. Tendente a fondos planos sin referencias contextuales y a la abstracción con una gestualidad repleta de acción y energía sobre la que el retrato se instala con una singular captación psicológica a través de la mirada y un estilo particularmente expresivo independientemente del soporte con una explosión de color de efervescencia brutal en sus contrastes de pigmentos en clave alta y en la incorporación de distintas técnicas como pastel, grafito, ceras o carboncillo al acrílico y al spray.

Abraham, como Miss Van o Mon Devane abandonan el carácter textual del writer por un estilo propio en favor de la figuración y la expresividad. Imagen de una creatividad renovada con una revisión de las técnicas tradicionales.

La efervescencia cromática del Pop Art suaviza la distorsión expresionista y en la yuxtaposición de los elementos formales disocia los planos perspectivos que aproximan o alejan al personaje protagonista de las texturas arbitrarias posteriores o anteriores al elemento figurativo con el efecto dramático del amarillo en sus calidades y de los contrastes lumínico-cromáticos que se expanden ambientales rebasando el soporte plástico.

Arte omnipresente en todos los soportes desplazando las jerarquías establecidas entre arte contemporáneo y arte popular y que se traslada de la calle a la galería como signo de legitimación.

Son en total once los magníficos retratos del carismático artista David Bowie realizados desde la revisión de las distintas vanguardias y con la mirada personal que le aporta el ourensano Abraham Caride.