Periódico La Región / Xiana Cid 07/01/2018   
 
Este joven ourensano, pintor y dueño del espacio artístico Basquiart, reivindica un arte que no está en lo bonito, sino en la técnica que muestra la obra. Para muchos, solo es un lápiz. Para Abraham Caride, es la oportunidad de crear, de dejarse llevar en un espacio en el que nadie más tiene derecho a entrar. Este joven ourensano, pintor y dueño del espacio artístico Basquiart, reivindica un arte que no está en lo bonito, sino en la técnica que muestra la obra, un arte a quien no le importan los apellidos, sino el trabajo y el esfuerzo detrás del proceso creativo. Su actual exposición, «Abraham Caride» de «Yoko Ono», se puede visitar en el interior de Basquiart. ¿Cómo cultiva su vocación artística? Antes, al no haber internet, me influenciaba mucho de mis amigos yendo a pintar con ellos, gente de Ourense de mi generación. Ahora puedes encontrar de todo en las redes, está todo inventado, y eso hace que te des cuenta de que no eres el ombligo del mundo y que hay gente mucho mejor que tú, lo que sirve para intentar mejorar y no quedarse estancado. ¿A qué edad la descubrió? Desde que nací mi mayor afición era coger un lápiz y un papel para dibujar los personajes de mis dibujos animados favoritos, sobretodo Dragon Ball. Pasaba muchas horas en mi habitación creando mis historietas, como quien crea  juguetes imaginarios o videojuegos. Trabaja en un lugar rodeado de arte, ¿era un sueño crear un espacio como Basquiart? Sí, por supuesto. Desde que estudiaba ya tenía en mente abrir un sitio físico dedicado al arte contemporáneo. Al sufrir en mis propias carnes que en Ourense sólo se le dan oportunidades a «familiares de» o a pintores clásicos mayores de 60 años, me decidí por completo. Pasé muchos años ahorrando y pensando cómo realizarlo, tuve la suerte de conseguirlo y ahora toca luchar para mantenerlo y mejorarlo. ¿Qué se encuentran los que entran allí? Me gusta pensar que la gente se encuentra algo diferente, ya que tal vez hoy en día es muy difícil conseguir eso. Hay productos muy originales de artistas jóvenes que buscan un hueco en el mercado artesano, hay material artístico que no se encuentra en otras tiendas y libros de diferentes tipos de arte; además, se hacen exposiciones mensuales de artistas de todo tipo, charlas, presentaciones, proyecciones y poco a poco talleres y cursos. En su obra se percibe una clara preferencia por los retratos, ¿por qué esta tendencia? Sinceramente no es algo que yo quiera, pero sí es cierto que es algo a lo que me acostumbré, ya que el público consume más este tipo de trabajos. Casi todos mis encargos son de retratos, pero no de mi estilo. Los clientes te dan la idea exacta e incluso el dibujo, sin dejar al artista, en este caso yo, que haga algo original y único. Hoy en día, y ya desde hace años, lo hago porque tengo que pagar facturas. Es un trabajo, pero no lo considero mi obra, ni lo subo a internet. Cuando hago retratos para mí, disfrutándolos, como en esta exposición, trato de mostrar mi destreza y originalidad; al introducir tu estilo y tu imaginación la cosa cambia y sale algo diferente. ¿Qué personajes presenta en su actual exposición? Quise hacer un homenaje a obras clásicas de la pintura como si estuviesen hechas en nuestra época, cambiando a sus protagonistas por personajes actuales. Los que antes eran duques o condes ahora son cantantes o actrices.Podemos ver a Frida Kahlo como «La Mona Lisa», a Amy Winehouse como «La jóven de la perla» o a John Lennon como «El Caballero de la mano en el pecho». Para este 2018, ¿cuáles son sus deseos? Me gustaría que en Ourense no se diese importancia al arte por su apellido, ya que se le da más valor a la firma del artista que a su trabajo. Si se diesen oportunidades tendríamos muchos y muchas grandes artistas y no sólo los/las dos o tres de siempre.